Representa el 10% del total de las úlceras.
Las arterias transportan oxígeno y nutrientes de la sangre a los tejidos, cuando las arterias “se estrechan”, no llega suficiente sangre y por ende oxígeno a los tejidos, originando una úlcera.
Síntomas más frecuentes:
Afección en pies, dedos o talones.
Frialdad en áreas afectadas.
Piel lisa, brillante, blanquecina o azulada.
Lesión dolorosa que aumenta durante el reposo.
El dolor se presenta como “calambre” e imposibilita caminar.